Uno de los motores de Desarrollo.  El Paraguay debe tener como uno de los motores de Desarrollo a la Agroindustria.

convertirse en un país productor. Con esta política de ir aumentando la industrialización de materia prima en el Paraguay, y el desarrollo sustentable y generar nuevas inversiones, el país se va a transformar en un centro multimodal para mover mercaderías del atlántico(productor) hacia el pacífico (consumidor).

Uno de los motores de Desarrollo. De que el desafío de Paraguay es justamente incrementar su agroindustria y convertirse en un país productor de alimentos y que sea uno de los principales motores de Desarrollo.

Un paso clave, que las nuevas autoridades que asuman el 15 de agosto del corriente año deben dar. Derrumbar estas políticas y sacar al país de la pobreza y mejorar la calidad de vida de la población.  Debe modificar estas políticas impositivas de las exportaciones de nuestra materia prima, sin pagar impuestos (que se exporta Nuestra materia prima sin agregar valores). Frenan el crecimiento y la rentabilidad de la agroindustria nacional.

materia prima sin valores agregados. Los objetivos a corto y largo plazo los paraguayos perdimos muchas décadas intentando resolver antinomias absurdas “exportar nuestra materia prima sin valores agregados versus industrializar nuestra materia prima”, es una de las falsas dicotomías que, en versión positiva nos lleva, en cambio, al éxito de su conjugación en el término agroindustria. Es decir, a una actividad cuyo enorme potencial requiere a un paso clave para consolidarse como la vigoriza herramienta llamada a dinamizar y consolidar un desarrollo sostenido.

Los productos de las regiones y de la Zona, no han logrado la rentabilidad que implicaría el valor agregado de nuestra materia prima, llamase Nuestra Energía de Itaipu, Yacyreta, soja, trigo, carne, entre otros, y darle valores agregados en toda su etapa. Y si las políticas impositivas de que nuestra materia prima no pagan impuestos y la política de ceder nuestra energía a precios de baratijas, y no utilizar esta materia prima para industrializar el país. Esto impide básicamente el desarrollo y crecimiento del país para disminuir la pobreza y darle mejor calidad de vida a la población.

De adecuar esta traba, es decir seguir con esta política de regalar nuestras materias primas, como si fuéramos una colonia del Brasil, Argentina, entre otros. El aporte que generaría esta industrialización de nuestra materia prima, el aporte a nuestro PIB que generaría el sector agroindustrial, haría caer, por propia gravitación, está mala política, de exportar nuestra materia prima sin valores agregados.

Es fácil reconocer, a partir de esta buena política, la falta de industrialización de productos primarios.

materia prima sin valores agregados. Este proceso de dar valores agregados a nuestra materia prima, con el nuevo gobierno debe comenzar. El Paraguay tiene oportunidades crecientes, ya no solo de exportar granos básicos y sus derivados a China Nacionalista, India, entre otros, sino también, y fundamentalmente colocar en dichas regiones alimentos cada día más elaborados.

Con una nueva política exterior de tener relaciones diplomáticas con la China Continental que podrían ser nuestro primer comprador de nuestra carne y de productos alimenticios.

traduce en la población joven. La evolución del valor agregado en nuestra materia prima(productos) desatará un crecimiento exponencial en nuestras exportaciones que, a su vez, se verá alimentado en la capacidad operativa de una agroindustria competitiva.  Existen dos bonos que sí pueden lograr una real transformación: el bono demográfico y el bono energético. El primero se traduce en la población joven. El 70% de los paraguayos tienen hasta 40 años y el 60% posee hasta 30 años, de acuerdo con las estadísticas oficiales. La población económicamente activa para potenciar la productividad en el corto y mediano plazo es ideal.

El bono energético es el excedente actual de hidroelectricidad, el cual se está cediendo a Brasil y a Argentina a precios muy bajos. Ambos recursos tienen fecha de expiración, no son eternos. El buen aprovechamiento es clave.

Allí radica la importancia de invertir en formación y capacitación. Serán los jóvenes de hoy quienes mañana tendrán la obligación de trabajar y generar riqueza para poder pagar las deudas que las generaciones actuales están dejando. En sus manos también quedará tomar las mejores decisiones. Y con esta política de la agroindustria, el país va generar creces más genuinas en el propio ingreso de divisas.

En esta dinámica de oportunidades y aprovechar nuestra energía y materia prima, bonos de la población, entre otros, cómodamente se integrarían, a su vez, las economías regionales, que sumado a los bonos de la población traducirían en una expansión de puestos de trabajo.

De que el desafío de Paraguay es justamente incrementar su agroindustria y convertirse en un país productor de alimentos,

“El objetivo con todo esto es que el productor tenga un incentivo a través del precio para aumentar la producción”.

centro multimodal para mover mercaderías.  Y con esta política de la Industrialización de nuestras materias prima, con esta nueva vocación del país, debe ser transformarse en un centro multimodal para mover mercaderías (con valores agregados), desde el Atlántico (productor) hacia el Pacífico (consumidor).

A la Región debemos ofrecer al Paraguay como “Tierra de oportunidades”, por el bono demográfico y el bono energético. El primero se traduce en la población joven y el segundo, nuestra energía abundante (Itaipu y Yacyreta) menor costos energéticos, también laborales, logísticos e impositivos.

Son los asuntos que le interesan a la economía de la Región y al resto del mundo.

A la Economía de la producción, identifican permanentemente, cuáles son las principales preocupaciones del sector, transversales a todos los complejos: altos costos laborales, energéticos, logísticos e impositivos.

convertirse en una país productor. El Paraguay tiene la oportunidad de ofrecer a la Región y al resto del mundo,  menores costos de producción y por ende mayor productividad y para el fortalecimiento de sus cadenas de valor, para mejorar el costo de la producción e incentivar la exportación. para que aquellas actividades productivas primarias de las Economías Regionales sean competitivas y convertirnos en taller de la región.

Además de ofrecer al Paraguay de ser la base del desarrollo, para las Economías Regionales, y con esta política de la industrialización seamos las principales tomadoras de mano de obra del campo.

Estamos ante la oportunidad de agregar valor a cada uno de los productos que crecen en nuestra tierra, mientras que el mundo demanda alimentos, como nunca antes.

En este contexto, resulta cada día más, evidente la vocación de los respectivos protagonistas -productores-industriales y estado para avanzar en políticas y estrategias industriales, en sintonía con el nuevo gobierno, para bajar el déficit fiscal y el ingreso de divisas genuinas.

Este es el Paraguay que queremos

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