La magnitud de la crisis financiera, que estalló por tener un Presupuesto General de Gastos de la nación deficitario, para que el Estado pueda crear la infraestructura necesaria que sea atractiva para radicar inversiones y crear mano de obra para el más del millón de desempleados y los 180.000 jóvenes que año a año engrosan la población económicamente activa, necesita recursos. Hoy no los tiene, porque los funcionarios y contratados de su administración central absorben más del 80% de la recaudación tributaria, van a gastos corrientes (Sueldos y otros beneficios), y solamente el 17% para gastos de Capital, el país necesita invertir miles de millones de dólares en infraestructura -rutas y caminos de todo tiempo, puertos y aeropuertos, energía, puentes, viviendas, alcantarillado y tratamiento de agua-, temas de protección al medio ambiente, migraciones, aduanas, pagar nuestras deudas etc., etc. y etc. Pero el Estado paraguayo no tiene dinero.(EN MI ARTICULO PUBLICADO EN ESTA PAGINA WEB. CON UNA ENMIENDA CONSTITUCIONAL SE DEBE MODIFICAR ESTE MODELO DEL PGN 60% PARA GASTO DE CAPITAL O VICEVERSA).

Conmocionando a los técnicos y a la opinión pública, por lo que no resulta sorprendente que el debate económico se haya centrado en la crisis financiera del Estado Paraguayo y su impacto en la economía real(de pagar deudas con deudas).

Este debate ha girado en torno a las medidas de corto plazo para enfrentar la crisis y a la manera de superarla de la mejor forma posible.

Desde un principio de nuestro trabajo, que presentamos permanentemente en esta página Web, EL PARAGUAY QUE QUEREMOS, invitamos desde su inicio a asumir un enfoque de largo plazo y que insista en la necesidad de contar con una visión estratégica del futuro para el país.

Existe un creciente consenso en la clase política y el empresariado acerca de que para tener éxito en la internacionalización de nuestra economía en la era de la globalización, los fundamentos de estabilidad macroeconómica, si bien son una condición necesaria, no son suficientes para el desarrollo del país. Para que el nivel de empleo suba sustancialmente, hace falta que el aumento del PIB se apoye también en la industria y en la prestación de servicios, y de la independencia de nuestra soberanía de las Binacionales Itaupu y Yacyreta, y vender nuestra energía a precios de mercado para atraer al PARAGUAY QUE QUEREMOS grandes inversiones.

Más allá de los atractivos coyunturales que ofrezca el país, ellas vendrán para quedarse solo si hay una mano de obra sana y capacitada, y una buena infraestructura física. Para crear ese marco, el Estado debe destinar grandes recursos a la salud y a la educación pública, así como a la red vial, entre otras cosas.

A partir de esta constatación, el Gobierno del Nuevo Rumbo y los Empresarios deben orientar su mirada hacia un conjunto de países exitosos fuera del país y a las consecuencias que las estrategias de mediano y largo plazo para la transformación productiva y el escalamiento exportador han tenido en su desarrollo. Que la experiencia en Australia es muy positiva en áreas sociales y en infraestructura. Tenemos muchos casos en India, entre otros, que dan ejemplos interesantes para el país.

Como característica importante de las alianzas público-privadas el hecho de que el Gobierno hace una contraprestación por la operación y que la inversión en la instalación, por ejemplo de una carretera, puentes, viaductos, aeropuertos, de una escuela, entre otros, mejora la eficiencia de la inversión. “Entonces cuáles son la ventaja de estas alianzas: distribución óptima de los riesgos, estructura adecuada de incentivos, aporte de tecnología y gestión, transparencia y fijación de metas”.

Un primer elemento que se destaca es el grado y la naturaleza de la colaboración entre gobierno y sector privado, que inciden en el desarrollo de las estrategias de largo plazo y la forma

en que se implementan a través de programas e incentivos, en un marco de bien público. Esta es una de las herramientas para el desarrollo “alianza público-privada”. Las experiencias seleccionadas muestran que la formulación de estrategias consensuadas e inteligentes, y la institucionalidad público-privada que la acompaña, tienen íntima relación con la eficacia de las políticas y programas que la sustentan.

Que la Ley de Alianza Público-Privada es una herramienta que el Paraguay debe adoptar urgentemente para aprovechar las oportunidades actuales y lograr un crecimiento sostenido, ya que “el mundo no nos va a esperar a que nos pongamos de acuerdo”.

Esta es una cuestión urgente porque esta coyuntura económica favorable que tiene el Paraguay hoy, que el mundo le ofrece tal vez por primera vez o única vez en su historia, no nos va a esperar.

El mundo no nos va a esperar a que nos pongamos de acuerdo a ver si vamos a hacer la ruta, el aeropuerto y la hidrobia para sacar nuestros productos o dejar que los productos de los demás países puedan salir por acá. Nosotros estamos rezagados 20 años en materia de infraestructura. Para sacar cualquier producto de cualquier empresa el 12 por ciento del costo es solamente logística (pero) si el país tiene un desarrollo de infraestructura que le permita ser más competitivo puedo bajar al seis y eso va a generar mayor cantidad de industrias, mayor cantidad de mano de obra y finalmente el objetivo de toda nuestra acción tiene que ser la gente, la gente tiene que vivir mejor, no podemos seguir soportando este nivel de pobreza que tiene nuestro país.

El Paraguay que queremos, tiene que invertir tanto en infraestructura como en su capital humano, Los recursos que gastan las empresas públicas y las sociedades de capital estatal exclusivo, y la falta de la independencia de nuestra soberanía de las Binacionales, para vender nuestra energía a precio de mercado, signadas por la corrupción y el personal superfluo, son fondos que se distraen de la salud y la educación públicas, así como de los puentes y las rutas, entre otras obras de infraestructura.

El interés general –creación de empleo mediante la inversión privada, dentro de un marco apropiado– debe prevalecer sobre el particular, poner al país en primer lugar. Con este Modelo de plan de gastos, el Estado ya no tiene recursos para hacer ambas cosas.

Que lo poco que hoy recauda el Estado va para pago de salarios, (más del 80% de los ingreso del fisco, va para gastos corrientes, sueldos y otros beneficios), por lo que “no hay otra” vía para invertir en infraestructura que la participación privada. El país necesita invertir por lo menos dos mil millones de dólares por año, en los próximos diez años, para poder aprovechar la posición de Paraguay en el corazón de América Latina, que hay muchísimo capital en el mundo que está disponible y podría interesarse en nuestro país, por su ubicación geográfica, por los activos estratégicos disponibles (agua, tierras para producir alimentos, energía limpia, dividendo demográfico, etc.), capital que podría llegar para inversiones privadas y también para inversiones en empresas públicas. puede servir como punto de conexión para todos sus vecinos, pero para que eso suceda, el país deberá invertir, principalmente en infraestructura y servicios, de modo que sirva como un punto de unión entre los dos grandes océanos, Atlántico y Pacífico, crecer de manera sistemática por lo menos siete por ciento al año, (por 10 años) y de ese modo terminar con la pobreza y la exclusión en el Paraguay.

La implementación de una nueva modelo del PGN, con una enmienda constitucional poner un techo a los gastos corrientes (60% para gastos de capital o viceversa), de la alianza público-privados, y de la independencia de nuestra soberanía de las Binacionales.  Esperamos que este trabajo constituya un aporte muy relevante al debate acerca, como elemento estratégico necesarios para dar un salto importante hacia el desarrollo del PARAGUAY QUE QUEREMOS.

Compartir esto